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¿Entrenar en ayunas o después de comer? Lo que dice la ciencia.

En el mundo del fitness, pocas preguntas generan tanta curiosidad como esta: ¿es mejor entrenar en ayunas o hacer ejercicio después de comer? La respuesta no es tan sencilla como elegir un bando, porque la ciencia nos dice que ambas opciones tienen beneficios, y la elección depende de tus objetivos, tu estilo de vida y tu salud general.

Entrenar en ayunas: lo que debes saber.

El entrenamiento en ayunas, también conocido como fasted training, se realiza después de un periodo prolongado sin ingerir alimentos, generalmente por la mañana. Durante este estado, el cuerpo tiene niveles más bajos de glucógeno (la reserva de energía rápida) y tiende a recurrir a las grasas como fuente de energía.

Estudios publicados en el Journal of the International Society of Sports Nutrition señalan que entrenar en ayunas puede favorecer la oxidación de grasas y mejorar la flexibilidad metabólica. Además, algunas personas reportan mayor ligereza y enfoque mental al ejercitarse sin alimentos en el estómago.

Sin embargo, no es una estrategia perfecta para todos. Entrenar sin haber comido puede generar fatiga temprana, mareos o disminución del rendimiento, especialmente en entrenamientos de alta intensidad o de fuerza máxima. Si tu meta es ganar masa muscular, el ayuno prolongado podría limitar tu capacidad de levantar cargas pesadas con la misma intensidad.

Entrenar después de comer: beneficios y consideraciones.

Realizar ejercicio después de una comida ligera o un snack rico en carbohidratos y proteínas proporciona energía inmediata para entrenamientos exigentes. Esto es especialmente útil para quienes realizan ejercicio de alta intensidad, entrenamiento de fuerza o sesiones prolongadas.

La evidencia científica indica que tener reservas de glucógeno llenas mejora la capacidad de rendimiento y ayuda a mantener la fuerza y la potencia durante más tiempo. Además, comer antes de entrenar puede ayudar a preservar la masa muscular y favorecer una recuperación más rápida.

El tiempo de espera ideal después de comer varía según el tipo y la cantidad de alimento ingerido. Una comida ligera puede permitir entrenar tras 30-60 minutos, mientras que una comida más abundante podría requerir 2-3 horas para evitar molestias digestivas.

Entonces… ¿cuál es mejor?.

La clave está en tus objetivos y sensaciones personales. Si buscas mejorar tu resistencia metabólica y toleras bien el entrenamiento sin alimentos, entrenar en ayunas puede ser una herramienta útil. En cambio, si tu prioridad es maximizar el rendimiento, levantar más peso o entrenar a alta intensidad, probablemente te beneficie comer antes.

La ciencia coincide en que, más allá del ayuno o la alimentación previa, lo más importante para la salud y el progreso es la consistencia del entrenamiento, una nutrición equilibrada y una adecuada recuperación.

Recomendación final.

Prueba ambas opciones y escucha a tu cuerpo. Observa tu rendimiento, energía y recuperación. No hay una única fórmula que funcione para todos, pero sí hay un punto en común: moverse cada día es el verdadero secreto para transformar tu salud, tu cuerpo y tu bienestar.

¿Y tú eres del team ayunas o del team después de comer?.

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